Valoración de suelo pélvico

¿Cuándo valorar mi suelo pélvico?

Cada vez son más y más mujeres las que están empezando a interesarse por la salud de su suelo pélvico, sin embargo, mucha de esta preocupación aparece en relación al embarazo y el parto. Si bien es cierto que estos dos momentos son cruciales para la salud de nuestro periné, existen más situaciones y aspectos que se deben tener en cuenta. A decir verdad, cualquier momento sería perfecto para conocer el estado de nuestro suelo pélvico y, con ello, mejorar nuestra calidad de vida e incluso prevenir situaciones que consideramos como normales y, realmente, no lo son.

Cuando el problema es muy evidente, la sintomatología suele hacer acto de presencia en forma de pérdidas de orina y/o dolor generalmente. No obstante, el desconocimiento de las propias mujeres hacia su anatomía del suelo pélvico y la normalización de aspectos relacionados al deporte, embarazo y/o edad evidencia la falta información sobre este tema.

Por ello,

¿Cuándo debería pedir una primera valoración?

La mejor respuesta posible es “ahora mismo” si nunca has ido a una valoración del mismo, pero, además, es necesario poner especial atención antes estas situaciones:

-Pérdida de orina: al hacer cualquier esfuerzo como correr, toser, coger una caja pesada…

-Necesidad imperiosa de orinar.

-Necesidad de tener localizado el cuarto de baño cada vez que llegamos a un sitio nuevo.

-Práctica deportiva con impacto.

-Si tienes dolor durante las relaciones sexuales o imposibilidad de las mismas: NO ES NORMAL TENER DOLOR.

-Si has sido diagnosticada de endometriosis.

-Si quieres quedarte embarazada.

-Si estás embarazada.

-En el postparto de manera general pero también si quieres volver a tu práctica deportiva habitual y no sabes cómo y cuándo.

Si, por fin, te animas a conocer el estado de tu suelo pélvico es importante que conozcas en qué consiste dicha valoración ya que muchas veces las ideas preconcebidas no se asemejan con la realidad.

¿Cómo es la valoración?

En primer lugar, no debes realizar nada especial para el día de la valoración y, por supuesto, acudir tranquila; no es un examen en el que haya que aprobar o suspender. Simplemente es una herramienta para conocer si existe alguna disfunción y poder ponerle solución a la misma.

Una vez en consulta, se recogen unos datos previos para tu historia clínica que abarcan aspectos como:

-Motivo de consulta.

-Sintomatología.

-Antecedentes personales y familiares uroginecológicos.

-Número de embarazos y cómo han sido esos embarazos y sus partos y/o cesáreas.

-Actividad física.

-Trabajo que desempeña.

A su vez, el paciente deberá firmar un consentimiento escrito en el que nos da autorización para realizar la exploración física.

Esta exploración se realiza de manera externa tanto de la musculatura del periné como de la abdominopélvica y lumbar, así como de la postura. Y, además, es necesario realizar una valoración intracavitaria para poder conocer el estado de la musculatura, la presencia de cicatrices, la posición de los órganos…

Si estás pensando en hacerte una valoración del suelo pélvico es importante que conozcas esta información y así reconocer el procedimiento que se utiliza. Las valoraciones no tienen por qué ser dolorosas pero tampoco son agradables. Sin embargo son necesarias para poder diseñar un plan de tratamiento personalizado.

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