¿Qué es una rotura fibrilar?

La rotura fibrilar muscular es una lesión muy habitual en deportistas. En el momento de la lesión se produce una contracción violenta acompañada de un estiramiento. Esta rotura fibrilar puede ocasionarse en cualquier grupo muscular que sea incapaz de soportar la resistencia a la que se está sometiendo la zona.

Los isquiotibiales constituyen un grupo muscular compuesto por tres músculos: bíceps femoral, semitendinoso y semimembranoso.

Estos músculos se ubican en la parte posterior del muslo y tienen las funciones principales de extender la cadera y flexionar la rodilla. La rotura de fibras de los isquiotibiales es una lesión con una alta incidencia en deportes de pista, fútbol o aquellos que requieren de una alta velocidad.

CAUSAS

La rotura de esta musculatura suele estar ligada con momentos de fatigabilidad muscular y no es necesario que se produzca contacto entre dos jugadores para que se origine la lesión.

Muy relacionado con el mecanismo lesionar, es el momento de dar “una patada al aire”, cuando se quiere golpear un balón, en el disparo o cuando el deportista realiza una “estirada” con la piern,a con el objetivo de interceptar un balón.

SIGNOS Y SÍNTOMAS

El síntoma principal y el que determina que no se agrave más la lesión, es la sensación de “pinchazo” o “pedrada” durante la práctica deportiva en la parte posterior del muslo. En este momento es importante y fundamenta detener la práctica deportiva y la colocación de frio local en la zona.

Tras la sensación anteriormente descrita, la aparición de hematoma en las siguientes 24-48 horas es un signo claro de una rotura muscular; que se verá confirmado con la realización de una ecografía o resonancia magnética en la zona.  Y, de esta forma, se determina el grado de la rotura muscular.

También puede aparecer en la zona, el signo del “hachazo” en el punto lesionar que determina la falta de continuidad de las fibras en la zona afectada.

TRATAMIENTO

En la mayoría de los casos, el tratamiento conservador es la primera elección frente a la cirugía que se reserva para casos muy graves.

Por tanto, la fisioterapia juega un papel fundamental en la recuperación de estas lesiones tanto en su adaptación para las actividades de la vida diaria como para la readaptación a la práctica deportiva.

Un buen drenaje linfático, pautas específicas en casa, masaje y estiramientos muy guiados son el tratamiento más crucial en este tipo de lesiones.

Si tienes una rotura o la has tenido y sigue molestándote, no dudes en llamarnos, una buena cicatrización de las fibras es clave para poder seguir una vida normal practicando ejercicio.

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